Cuando de pequeña me preguntaban qué quería ser de mayor, siempre decía artista o forense. Artista porque se me daba bien y forense porque estaba obsesionada con Dana Scully de Expediente X. Desde el principio tuve claro que debía especializarme en aquello que más me gustaba hacer para rentabilizarlo, porque es lo que siempre nos meten en la cabeza. Pero un día te despiertas y compruebas que llevas toda la vida haciendo cosas y no eres especialista en nada. De repente sientes envidia de esas personas con una vocación sólida que siguieron un camino recto, estudiaron un bachiller específico, una carrera específica, un máster específico, otro máster más en el extranjero, un doctorado sobre esto y trabajan y trabajarán toda su vida laboral de aquello que con 18 años decidieron que era su verdadera vocación.
«Aprendiz de mucho, maestro de nada».
Esto es lo que dice sobre su significado, la ficha que el Instituto Cervantes dedica al refrán:
No conseguirá nada quien no acaba de decidirse por un oficio y le falta constancia y espíritu de sacrificio para prepararse convenientemente. Recrimina a quien pretende abarcar demasiadas actividades profesionales, lo que desemboca en ser incapaz de desempeñar una bien.
Cuando no eres una especialista y has sido criada para cumplir con ciertos preceptos, estas palabras son como una pesadísima losa a la espalda. Tener muchos intereses no siempre se asocia a una persona inquieta y curiosa, sino a una que no persevera y se centra.
La artista Emilie Wapnick se hizo conocida hace mil años por una charla TED en la que hablaba de las personas multipotenciales, lo que en esencia siempre conocimos como “Hombre del Renacimiento”, pero sin altas capacidades y más de barrio.
En esa charla, Emilie habla sobre las que no tenemos una verdadera vocación, haciendo ver que no es que seamos unas malditas inestables, sino que no podemos vivir de otro modo. Para ejemplificarlo, presenta a varios profesionales que saltaron de un campo a otro, creando algo nuevo con buenos resultados y logrando cierto nombre por ello. Justo ahí es donde empieza a molestarme el tono de la charla, porque volvemos a la idea de rentabilizar las pasiones.
La primera persona multipotencial que conocí la tenía en casa. Hasta donde me alcanza la memoria, mi padre, de formación delineante, tocó el bajo en un grupo de música en el que también estaban un cura sin sotana a los teclados y un familiar que nació sin dedos en las manos a la batería (como para olvidarme) entre otros. Aprendió electrónica y montaba sus propias alarmas. Estudió inglés por fascículos. Fue DJ en Los 40 principales. Se interesó por los pájaros silvestres y tropicales. Aprendió informática. Formó parte de la Unión de Radioaficionados y montó una emisora con la que yo podía saludar a los camioneros. Se interesó por la cría del caracol. Aprendió a esquejar árboles frutales. Creó una radio pirata en casa desde la que retransmitimos durante unos meses este tipo de canciones a todo aquel que nos sintonizaba (Radio Libertad) hasta dos barrios más allá del nuestro. Aprendió sobre náutica y se sacó licencia incluso para llevar veleros sin haber subido a uno en su vida. Aprendió de pesca y cebos. Se interesó sobre la aromaterapia y combinó esencias adaptadas al estado de ánimo (o lo que fuera), creando perfumes y ambientadores de todo tipo, que cada vez que iba a verle me daba uno para el coche sin tener yo coche o ni tan siquiera carné. Aprendió sobre energías alternativas y montó varios molinos pequeños con los que cargar baterías. Hizo su propio limoncello y como el aguardiente solo se lo vendían a garrafas, preparó tal cantidad que tardé un año en beberme litros de aquel licor fortísimo porque resulta que era la única a la que le gustaba. Tuvimos una estación metereológica en la ventana del salón y calculaba el año hidrológico con datos concretísimos del tiempo. Se interesó por las cámaras de vigilancia. Quiso aprender a tocar el piano y convenció a un chico heavy que daba clases particulares a niños, para que también le enseñara a él. Hizo sus propios productos de cosmética y nos iba preparando bálsamos labiales, anticelulíticos, quita ojeras o cremas para las patas de gallo. Lo último con lo que estuvo liado fue el OBS. Estoy 100% convencida de que si siguiera vivo ahora mismo tendría su propio podcast.
Nos obsesiona tanto el fracaso que pensamos que dedicarnos a algo momentáneamente y abandonarlo es una pérdida de tiempo, si no hemos tenido rédito económico, pero a veces no queda otra que centrarnos en el camino y no en el destino. Me lo digo en alto para creérmelo cuando en el fondo espero que sea recompensada la evolución y el serpenteo porque una también flaquea en sus creencias.
En esta foto de arriba estamos Billie Piper y yo un invierno de 1998, cuando vino a mi ciudad a cantar y mi barrio fuera lo primero que pisase. Siete años antes de que se interesara más por la actuación que por la música y se transformara en Rose Tyler. Veintiséis años antes de que me hiciera whovian y la viera interpretando ese papel acompañando al noveno y décimo Doctor Who. Un año antes de que me quitasen la ortodoncia y dejara de posar así de horrible porque me daba vergüenza mostrar los brackets.
Son tiempos jodidos y si no hemos logrado ser especialistas a estas alturas no debemos verlo como una derrota. Igual eso tenía sentido antes, cuando la vida te iba a premiar por toda tu dedicación y esfuerzo. Cuando los alquileres en un barrio obrero eran razonables, cuando podías soñar con tener una familia, cuando no había que pedir un préstamo para poder viajar, cuando podías ahorrar con el sueldo de un único trabajo, cuando caminabas con la certeza de que no se vendría abajo el suelo. O igual esto nunca tuvo sentido para algunas, que antes nos pegaríamos un tiro en la pierna que estar cuarenta años trabajando de lo mismo.
Una de mis compañeras de la escuela de idiomas a la que me apunté el año pasado, es conocida por los trabajadores del centro como La Directora. Ella, octogenaria, decidió aprender todos los idiomas que pudiera hasta el nivel A2 y ya va por el quinto. Por suerte la escuela ha introducido chino y así tendrá plan, como mínimo, hasta el 2027. Otra de mis compañeras octogenarias, esta vez del taller de escritura que imparte una amiga y al que me apunté también el año pasado, acude a todas las actividades que ofrece el centro cívico al que vamos. De escritura salta a pintura, teatro y yoga. Lo que viene siendo dedicarse a estar vivas a prácticamente coste cero.
Estamos dejando que nuestro éxito laboral nos defina mientras nos arroya un desastre global tras otro que no sabemos hasta dónde va a llegar. Cuando el verdadero fin debería ser no tener que trabajar en absoluto (fantaseo) o hacerlo lo justo para poder llevar una vida en la que darle una patada al sistema y emplear el resto del tiempo en hacer lo que nos salga del mismísimo papo, mientras tengamos las rodillas buenas.
Cosillas
🐱
Tony es un gato que odia su trabajo, pero para poder dedicarse a sus pasiones primero deberá pagar sus croquetas.
👴🏽
Esta entrevista al expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, donde habla sobre trabajar menos para poder tener más tiempo de calidad.
🎧
¿Por qué dar tu valioso tiempo a personas a las que no les importa si estás vivo o muerto?
⚛️
El físico Richard Feynman, un Premio Nobel interesado en las partículas subatónimas y la nanotecnología, pero sobre todo, en los bongos.
✉️
Adela, no es tuyo el fracaso. No es tu culpa, no es nuestra culpa. Y si nadie se hace cargo, nos iremos a la mierda.
❤️ Abrazote, Nazaret.
Hola! Vengo a presentarme. Me llamo María y vengo a que me hagas socia de este club 😂
Has descrito mi vida, la de mi hermano y la de mis padres. Y ese lema siempre nos ha acompañado, pero mi madre dice que mejor así, que sabemos un poco de todo y sino aprendemos 🦦
Yo, a veces, también siento que ojalá me gustara una sola cosa y apostara fuerte por esa, pero es que no puedo, y siento que en parte es mi salvación para no aburrirme nunca.
Solo deseo tener dinero para poder aprender y probar mil cosas diferentes. Como por ejemplo: si tuviera tiempo libre, ahora mismo, iría a una academia de peluquería solo porque disfruto mucho cortando el pelo sin saber siquiera.
Mi pareja me dice: yo ya sé que esta es tu forma de ser, no es una racha jaja. Ya nos hemos enterado los dos.
Si logramos tener hijos, creo que saldrían con este mal un poco menos intenso, porque él no siente pasión por casi nada.
Me ha encantado leer sobre tu padre 🤎 no pares de probar mil cosas porfis 🫶🏻
Nazaret, me ha encantado. De verdad. 👏👏
Pienso que la hiper-especialización no es para todo el mundo, es sólo para un tipo de temperamento. Pero es lo que se pretende hacer pasar por "normal" y deseable". ¿Deseable para quién o para qué? Evidentemente, y como tú insinuabas, para el Sistema.
Aún se nos pretende hacer entrar en moldes rígidos para que ocupemos correctamente el puesto que se nos haya asignado en la cadena de montaje. La hiperespecialización es un remanente de la revolución industrial. Y el sistema educativo, otro.
Todo ello viejuno, caduco, putrefacto ya. Pero ahí seguimos, dándole cuerda a ver hasta donde sigue. 😅
Las personas que no nos dejamos hiperespecializar no encajamos en lo normativo, pero no habla de una falta de valores o de capacidades, sino de la rigidez del Sistema, que sólo admite un tipo de persona trabajadora (la que le conviene: especializada y obediente).
En fin, que me emociono y acabo lanzando una arenga dominical... perdona.
Me ha gustado mucho leerte (y encontrarte). Y la descripción de todas las pasiones de tu padre... me ha dejado sonriendo. ¡Qué portento! 😄
Gracias por compartirlo. Un gusto encontrar a más multipotenciales por aquí. 😊
Un abrazo. 💚