Todos somos el non-player character1 en el videojuego de alguien, lo tengo clarísimo. No te hablo ya ni de secundarios, sino de esas personas que caminamos por la vida de otras como meras referencias de tiempo y de lugar. En mi vida muchos de esos figurantes me desbloquean logros, como cuando me pide una caricia uno de los perros con los que me cruzo subiéndome la barra de salud. Otros me ofrecen una side quest2, como cuando coincido en el supermercado con la anciana jorobadita y necesita que le alcance una lata del lineal o cuando voy a visitar a mi madre a la misma hora que sale de su casa el ciego. En ese momento soy personaje principal en mi juego y a la vez, NPC en el juego del ciego; aliada indispensable que él no controla pero que le ayuda con su misión, sobre todo ahora que se instaló un DLC3 de su mundo al inaugurarse un supermercado enorme en su calle.
En el primer episodio de The Rehearsal (2022), Nathan Fielder (una de mis personas favoritas) dice: «No se me da bien el primer encuentro con la gente. Me han dicho que mi personalidad puede incomodar, así que tengo que esforzarme para compensarlo. El humor es mi herramienta principal, aunque me la juego con cada chiste». La serie se centra en ensayar situaciones incómodas antes de enfrentarse a ellas. Así los protagonistas pueden corregir las interacciones con actores, en simulaciones realizadas en escenarios construidos como el entorno en el que sucederán realmente. Cuando has tenido una preadolescencia regular y una adolescencia más bien gorda, el humor es lo único que podía salvarte de estar en el punto de mira. Eso y que en tu clase hubiera alguien más gordo que tú. Mostrar tu personalidad de primeras, no es algo que pudieras permitirte sin las espaldas cubiertas por los chistes más ingeniosos. Solo cuando el terreno estuviera allanado podías ir revelándola poco a poco.
«Cuando revelas quien eres de verdad, a la gente no siempre le gusta lo que ve».
Dice Nathan en otro momento, para justificar el hecho de no dejar que el azar decida el resultado: la necesidad de esforzarse en conocer bien la mecánica del juego intentando por todos los medios pasarlo en modo fácil. La primera vez que decidí que debía provocar al destino, fue cuando me colgué del cuello el símbolo de Héroes del Silencio que regaló Súper Pop. El chico que me gustaba era seguidor del grupo y quise despertar así su interés haciéndole pensar que teníamos algo en común. Funcionó. Pero la conversación no tuvo casi recorrido porque además del colgante, solo conocía Entre dos tierras y lo más que podía aportar era tocar la batería de esa canción golpeando los bolis sobre la mesa. Aunque era bastante impresionante mi percusión sobre el pupitre, tenía que haberme preparado mejor para que esa oportunidad no fuese desperdiciada como sucedió. En la universidad me enteré de que Bunbury tenía los ojos verdes y pensé que era un dato que podía haber estirado en aquella ocasión.
Una de las agencias en las que estuve trabajando me dejó marchar (como dicen los estadounidenses) y un alto cargo de esa empresa me rescató para formar equipo en otra diferente que había decidido dirigir. Quería contratarme porque era la única persona que conocía el funcionamiento de internet (así de sencillo) y pensé que era el momento de pedir un aumento. Ensayé por teléfono la situación varias veces con otro compañero que trabajó para él, preparando un diagrama de flujo con preguntas y respuestas posibles que dirigían a un lado o a otro de la conversación. Lo principal era conseguir el aumento, pero también no quedar como alguien que no tenía ni idea de la mecánica, que era justo lo que sucedía. A pesar de los ensayos y de escribir el guion con letras gordas y en diferentes colores, me llevó por donde quiso durante la llamada, porque esa persona tenía treinta años más de experiencia que yo y cada respuesta mía provocaba variantes incuestionables para salir ganando en la conversación. Una vez más se quedó corto el diagrama que había trazado.
«Con el tiempo aprendí a prever cómo iba a actuar la gente en ciertas situaciones».
Nathan on your side (2008), la sección que hacía para This hour has 22 minutes o las cuatro temporadas de Nathan for you (2013), podría decirse que eran los propios ensayos para The Rehearsal. Cuando llevas casi veinte años trabajando consistentemente lo mismo, es lógico que cada vez te salga mejor y las veas venir. Al final terminas dándote cuenta de que solo existen diez modelos de personas y una vez que has interactuado con ellas el tiempo suficiente, conoces los combos4 para moverte con ventaja adelantándote a los posibles golpes.
Si eres de los que disfrutan más del proceso cuando ya conocen la técnica, habrás ensayado situaciones con amigos o enviado a las amigas a analizarlas desde la distancia, para compartir impresiones y establecer mejoras en el siguiente paso a realizar. Caminar sobre seguro te puede ayudar a evitar disgustos pero también te priva de otras cosas que solo aprecias cuando las has perdido.
Mi mejor diagrama de flujo tardé meses en realizarlo y me hizo ganar en habilidades e incluso encontré algún que otro huevo de pascua5 durante el proceso. Pero llegó un momento en que tenía la respuesta para cada pregunta y las interacciones eran predecibles tres pasos antes de que sucedieran. Me había pasado el juego, solo quedaba grabar mi nombre en la pantalla y entendí que lo que más feliz me hacía era el proceso, no el resultado. De repente Antonio López dejando sin terminar todos sus putos cuadros y firmándolos el día antes de su retrospectiva.
«Quizá es más sencillo escoger un camino cuando puedes vivir el futuro antes. Así evitas las dudas y el arrepentimiento, si sabes siempre las respuestas».
Y quizá sea cierto eso que dice Nathan al final de uno de los episodios, pero esta vida no puedes pasártela como un speedrunner6 o vivirla como un mero ensayo de lo siguiente, porque no hay siguiente. No nos estamos preparando para algo más y si eliminamos la sorpresa de nuestro juego a favor de la anticipación, al final nos transformaremos en esas películas de terror en las que suena música inquietante antes de que venga el susto.
Cosillas
💻
El arnés para llevar el portátil que usa Nathan en The Rehearsal y cómo la mujer de quien lo patentó pensó que era la idea más estúpida que había visto nunca.
🔊
Un episodio de Nathan on your side, el ensayo de los ensayos.
🎤
En Good Timing with Jo Firestone, la humorista enseña a monologuear a ancianos y ancianas divertidísimos a los que prepara para que hagan su propio show.
📝
Alice Rohrwacher sobre la importancia de cómo contar la historia y no lo original que esta sea.
📹
Por qué John Wilson (otra de mis personas favoritas) no puede dejar de grabar.
🐱
Ayuda a Bob en su misión invernal. Pulsa E para hablar.
❤️ Abrazo gordo, Nazaret.
Non-player character (NPC): personaje no jugable
Side quest: misión secundaria
Downloadable content (DLC): contenido extra descargable
Sobre todo en juegos de lucha, son acciones conjuntas que te dan ventaja
Contenido oculto, mensajes… regalitos que dejan los programadores
Cuando el jugador quiere completarlo lo más rápido posible
q lista ereeeeee
¡Me ha encantado este post!
Me hace gracia y mucho cringe a la vez las series de Nathan Fielder (mi señor marido es muy fan). Lo de querer encontrar de forma vehemente una formula seudocientífica a las relaciones humanas y perderse por el camino.
No sé si te pasara pero a veces imagino que en realidad él es un extraterrestre que no entiende el comportamiento humano o tiene algún tipo de neuro divergencia.
Es curioso porque cuando me enfrento a una situación nueva, soy muy de ensayar e imaginar todos los escenarios posibles (sobre todo los catastróficos) pero sé de sobras que es un patrón que casi siempre no me lleva a nada, sino a sufrir mucho hasta que tenga que pasar la situación que me angustia.
He pegado un brinco al ver que has nombrado a mi directora favorita de los últimos años ¡viva Alice Rohrwacher! gracias :_)